Mi madre es mucha madre.
Cuando yo nací y me cogió en sus brazos supe enseguida que era la mejor mamá que me podía haber tocado.
Todas las madres trabajan duro para que sus hijos tengan lo mejor. Pero la mía, además de eso, ha ido aprendiendo a la fuerza muchas cosas por el camino. Sabe un poquito de genética, de fisioterapia, de adquisición del lenguaje, de neurología, de dermatología, de enfermería, de arreglar papelotes continuamente para solicitar o reclamar cosas que son necesarias para mi bien estar...
Pero también es la que me regala los besos más dulces, la que prepara las tartas más ricas, una experta cuenta cuentos, la que me acompaña a todas partes, la que me lleva al campo y se tira conmigo en la hierba, la mejor inventora de juegos, la que con más mimo me arropa y sobre todo la que mejor canta para calmarme o para divertirnos.
Mi madre es mucha madre.
Porque, a pesar de las dificultades, siempre encuentra las fuerzas para seguir peleando, para que este mundo y mi paso por él sean mejores.
¡¡¡Feliz día mamá!!!